Últimamente hay mucho ruido en las redes sociales. Han dejado de ser espacios en los que compartir y se están convirtiendo en espacios de «compra-venta».
Pienso muy similar a ti. Para mí Substack es una plataforma llena de paz. Un espacio donde aún se siente el sentido de comunidad y exploración.
Como bien explicabas la diversidad de opiniones y puntos de vistas en un mismo espacio, lo convierten en una herramienta llena de valor. Me encanta leer personas que piensan distinto a mí. Cómo también me gusta coincidir con personas que resuenan con mis valores y aspiraciones personales. La variedad es nutritiva. Además nos alimenta la creatividad.
A mí me encanta la idea de que Substack sea un espacio versátil, de hecho he comenzado a explorar con mi newsletter y he decidido subir pequeños videos introductores a mis escritos. Siendo honesta me gusta mucho. Siento que es otra manera - tal vez no necesaria - de crear resonancia con quien me lee.
Yo tampoco tengo un problema en que me vendan de manera orgánica utilizando un “marketing” ético. Si escribiste algo que al final puedes ofrecerme tu servicio y de casualidad yo lo necesito genial. Y si no, pues no pasa nada. Lo bueno de esta aplicación es que nos permite “discernir” porque no es un bombardeo - hasta el momento- de ads y contenido sin corazón.
Lo que a mí sí no me gustaría que suceda es que lleguen los ads. Tampoco soy “fan” de los newsletter que sólo están haciendo contenido con el fin de vender, pero lamentablemente es parte de. Una cosa es tener un newsletter en un nicho de negocios y otra es estar en la carrera de vender, vender y vender…
Personalmente sigo a una chica que habla sobre “slow business” en su newsletter y me encanta leerla. Siento que es marketing ético y de hecho, siento que sus escritos están basados en “storytelling” y la verdad si en algún momento decide venderme algo, es muy probable que se lo compre 😅 Porque a través de sus escritos ofrece contenido de valor y no se siente como un intercambio de compra-venta.
Por último, al igual que Edu y tú, añoro los tiempos buenos de Instagram. En estos momentos no cuento con ninguna otra red social. Sólo Substack 🫶
Muchas gracias, Paloma, por tu extenso y detallado comentario. Así da gusto conversar.
Me ha encantado cómo lo has definido: «Marketing ético». Estamos completamente alineados en lo que pensamos de esto. Ciertamente leer a personas tan diversas y distintas de uno mismo es la magia de Substack. Es por lo que muchos amamos esta plataforma. Y dado que ya hemos dado por perdidas las demás redes (al menos yo), creo que tenemos que alzar un poquito la voz cuando creemos que nos están «invadiendo» la tranquilidad.
Yo sé que tenemos la batalla perdida, espero equivocarme, pero por desgracia es el dinero y el negocio del contenido los que mandan.
Muchas gracias por darme tu opinión. Lo valoro mucho.
Hola, Jaime! Primera vez por aquí y me ha gustado mucho la reflexión que haces. Coincido en el deseo de que se mantenga limpio de publicidad, pero no sé hasta qué punto es viable que se mantenga limpio de personas que quieren vender a toda costa y que enseñan a ganar más suscriptores. En el mundo anglosajón, que nos lleva ventaja en esta red, hay bastantes perfiles que enseñan precisamente a eso. También predominan perfiles que son profesionales en el mundo de la escritura y algún que otro famosillo. Si seguimos la misma tendencia, se mantendrán los perfiles que venden, habrá más gente haciendo contenido de pago y habrá menos contenido amateur y más de profesionales. No creo que nos cuelen publi como en ig porque el modelo de negocio de substack no es ese, es que des el salto a subs de pago y con eso se lleven un porcentaje. Personalmente, no me parece mal. Veremos cómo se va dando! Un abrazo, M. 💜
Como he dicho en algún comentario, yo doy la batalla por perdida por todo lo que comento de que evidentemente tiene que haber un negocio y es normal y lícito. Ojalá nos nos cuelen publicidad, porque en verdad el modelo de negocio de Substack me parece perfecto como está. La queja principal en mi caso viene de los que bombardean el muro de Substack con sus movidas, pero no aportan contenido de valor. Es un poco el miedo a que nos convirtamos en el nuevo Instagram, por decirlo de alguna manera.
Que cada cual venda lo que quiera en sus espacios me parece estupendo y respetable, pero esa manía de querer más y más... No sé, yo es que creo que ya hemos pasado esa parte del juego. Bajo mi experiencia vende más el que aporta contenido de valor que aquellos que bombardean con pildoras milagrosas.
Llevo más de una semana sin publicar en LinkedIn y se siente bien. He de confesar que mi estadía allí está condicionada por el tema laboral y/o económico.
Me gustaría explorar Substack como corresponde, hasta ahora me he dedicado más que nada a mi newsletter y hace poco comencé a crear notas.
Veré si me pongo al día con lo que se teje por estos lados.
Yo he visto esas entradas de "cómo conseguir 10.000 seguidores en 6 meses" o "cómo debes escribir para tener más seguidores". Primero, nunca los sigo; segundo, nunca los comento y tercero, si empiezo a ver que están todo el rato apareciendo en mis notes, directamente los bloqueo. Paso de rollos.
Yo sigo manteniendo Twitter y he reabierto instagram para las fotos. Tampoco es que sea una sensación en ninguno de ellos así que por el momento no he tenido problemas. A donde no vuelvo es a Facebook del que salí escopetada porque había mucho pirado ni a Guasap (que sólo mantengo en el perfil profesional).
A mí esto me parece agradable (salvo un problema puntual que tuve con una pirada total...) y si necesito bloquear a quien no me lo parezca no voy a tener problema alguno.
Yo hacía lo mismo que cuentas cuando me movía por esas redes. En Substack no he empezado. Imagino que en breve lo haré si la cosa empeora. Interesante tu Substack. Veo que tocas varios temas interesantes. 😉
Pues yo en principio no lo hubiera hecho, pero después de mi experiencia con la loca que digo (a quien no he bloqueado pero porque al último comentario que hizo en la newsletter de las historias que escribo no la contesté...), lo tengo muy claro. Francamente, no me espera este tipo de comportamiento en Substack y me quedé muy paralizada pero una vez que lo ves la primera vez, ya sabes que existe y no tengo tiempo para aguantar más desequilibrados que ya he tenido suficientes en el trabajo (y a esos no los puedes bloquear). 😂
Veremos cómo evoluciona todo, mientras tanto, aquí estamos disfrutando del contenido, sin la agobiante publicidad y sin el sentido de urgencia. Así lo vivo yo ahora. Un abrazo muy grande ❤️
Hasta que no he tenido algo de tiempo, no me he parado a contestarte con un comentario digno de los tuyos, Jaime.
Me ha gustado mucho, y poco puedo añadir que no haya dicho ya en la última publicación que lancé por estos lares. Conforme a lo que has dicho de que recuerdas los inicios de Instagram, me has hecho acordarme de algo que hice sin ser demasiado consciente y que, ahora, creo que fue un acierto: yo comencé a usar Instagram como lo que era, una plataforma de fotografía. Llegué a tener un perfil muy bonito, a mi gusto, de modo que cuando detecté que esa red se convirtió en el nuevo Facebook, Tuenti o similar del momento, imprimí en papel de fotografía todas mis publicaciones, creando un álbum físico que aún mantengo. Quién me iba a decir que creé una copia real de una época de internet que disfruté mucho pero que, a raíz de los problemas y las ansias que comentas, no pudo mantenerse en el tiempo.
Muchas gracias por tu mención, por cierto, es un verdadero honor. Y me quedo con tu reflexión de que me plantearía pagar por esta red si la mantuvieran como está ahora.
Coincidimos entonces en lo especial que era Instagram, sin duda. Para mí fue amor a primera vista, algo similar a lo que me ocurre ahora con Substack. Yo te diría que conservaras ese álbum como oro en paño. En unos años, será más especial aún si cabe.
Lo de pagar por usar las redes no es baladí. Realmente yo lo haría. El problema que me viene a la mente son los propios usuarios. Si nos quitamos el ruido de publicidad de la propia red, pero luego hay usuarios que hacen de ésta su parcela de negocio, entonces estaríamos «muteando» o bloqueando a usuarios a mansalva. Yo comencé a hacerlo en Instagram, pero me cansé. Porque salían por todos lados. Por eso creo que los «muros» deberíamos respetarlos más, en este caso Notes. El algoritmo también tiene mucho que decir. De momento aquí en Substack parece ir bien. Veremos...
Tiempo al tiempo. Yo no creo que hable mucho más del tema, hasta que la cosa no empeore, si lo hace. Yo vuelvo a mi calma. 😉
Tanto tu texto como el de Edu inciden en una deriva que, me temo, sea imparable. La mercantilización de las plataformas es total, y hasta cierto punto entendible, porque tras estas infraestructuras se levantan empresas que exigen beneficios. Siempre se ha dicho aquello de «si el producto es gratis, el producto eres tú»; en el caso de los entornos «sociales» (uso estas comillas muy a propósito) es especialmente palpable, porque al conectarse la vertiente pasional/creativa con la económica, normalmente la primera acaba perjudicada.
Dicho esto, también pienso que, en buena medida, una red la conforman sus usuarios, al menos dentro de unos límites. Si Substack se mantiene más o menos como está y no aplica cambios sustanciales, es posible que siga siendo una rara avis dentro del ecosistema social, porque lo que la hace diferente (así lo veo yo) es la escasa intervención en las creaciones de sus usuarios, dejando cierta libertad de acción. Soy consciente de que, como empresa, es probable que en el futuro quieran extraer más beneficio y acaben por introducir modificaciones que alejen a parte de los usuarios, pero por el momento hay que aprovechar la situación.
Creo que hay que ser realistas y entender que la plataforma no es ni mejor ni peor; que no es ningún remanso de paz, ni un retiro dorado, ni un oasis de tranquilidad. Simplemente, el tipo de usuario está enfocado en la creación, no en la difusión, por lo que es más difícil encontrarse las típicas interacciones deleznables de otras redes. Hay que entender que este estado puede ser temporal, pero la historia de internet ha venido siendo así desde que los primeros blogs (y lo dice alguien que tuvo uno de los primeros dominios blogger.com) aparecieron. Nos guste o no, la deriva ha sido así y no es probable que cambie en el corto o medio plazo.
Estamos de acuerdo en casi todo Emi. El tema de las redes sociales está perdido, soy consciente de que las empresas tienen que generar dinero y ahí poco se podrá hacer. Pero el usuario sí debería ser más autocrítico en este sentido. Me refiero al usuario que solamente crea contenido para vender y que bombardea con su producto a los demás. En mi caso es lo que más me molesta. A mí me parece fenomenal que cada cual aproveche sus espacios para promocionar sus cosas, que hablen de sus libros y que expliquen cómo ellos mejoran en sus habilidades de escritura. Faltaría más. La queja fundamental mía, es que hay personas que solamente venden. No aportan contenido de valor o que pueda servir a otros. Contaminan la red de su producto, y poco más. Cuando eso se junta con la deriva de las propias redes, pues ya no queda otra que marcharse. Es lo que pasa en Instagram. Mucha gente acaba asqueada, y no me extraña. Imagínate que sales a caminar, para disfrutar del camino, hacerlo con tranquilidad y a tu propio paso y a cada esquina te estás topando con gente o con mensajes que hablan sobre cómo caminar más rápido y mejor, sobre cómo hacer el camino en una hora en lugar de dos, «haz esto y adelantarás a tu vecino» o cosas por el estilo.
En lo que no estamos de acuerdo es en lo de que Substack no es un remanso de paz o un oasis de tranquilidad. Para mí sí que lo es Emi. Yo cuando abro Substack solamente recibo contenido que otros publican, a los que entro y me pierdo... literalmente. Algunos me gustan, otros no me dicen nada, pero me maravilla leer lo que otros tienen que contar y cómo cada persona se expresa en sus alegrías, sus miedos o sus penas. Cada cual escribe lo que le sale del alma y eso es algo precioso. Me suscribo a los espacios que realmente se identifican conmigo y disfruto hasta el punto que hay días que deseo terminar de trabajar para abrir Substack y leer. Llámame idealista. Pero para mí realmente esta plataforma me aporta grandes experiencias. Quizá por eso me revuelva y patalee cuando veo que empieza a asomar el contenido comercial y «marketiniano».
Gracias por tu punto de vista Emi. Me alegra verte por aquí.
Totalmente de acuerdo. El algoritmo podría poner un límite voluntario a ese contenido marketiano. Un filtro que cada uno elige. Por ejemplo, yo podría un 10 por ciento máx.
Exacto. Algo así sería ideal. Aunque me temo que las plataformas no aceptarían hacer algo así. Los marketeros son los que generan el negocio que a ellas les bien bien.
Quizá fui un poco expeditivo al referirme a Substack así: en realidad, ahora mismo (espero que por mucho tiempo) sí que es un espacio bastante agradable, porque creo que reúne a mucha gente interesada, simplemente, en crear y mostrar. Lo que pienso, eso sí, es que (como Edu comentaba y también tú) es inevitable la aparición de los «marketeros» que solo pretenden vender a base de publicitar. En cualquier plataforma es lógico que asomen la cabeza, puesto que se trata de un nuevo canal, así que lo veo inevitable.
Mi duda es cómo irá afrontando Substack ese tipo de usuarios/contenidos, y hasta qué punto tendrán aceptación dentro de una comunidad que, aun cuando ofrece opciones legítimas de monetización, está muy enfocada en la libre creación. Veremos qué sucede.
Gracias por un desarrollo tan inteligente de la cuestión, Jaime. La verdad es que siempre es un placer este tipo de conversaciones.
Créeme Emi cuando te digo que conversar contigo es un auténtico placer. Siempre argumentas tus opiniones, rectificas si tienes que rectificar, y siempre aprendo algo de ellas. Como poco, siempre me haces reflexionar. Allí donde comentas, te leo y aprendo.
Supongo que Substack no hará nada, dada la libertad que da para la generación de contenidos. Si la cosa empeora, solamente nos quedará filtrar, bloquear o «mutear», a los usuarios que generen ruido.
Hola Jaime 🌸
Pienso muy similar a ti. Para mí Substack es una plataforma llena de paz. Un espacio donde aún se siente el sentido de comunidad y exploración.
Como bien explicabas la diversidad de opiniones y puntos de vistas en un mismo espacio, lo convierten en una herramienta llena de valor. Me encanta leer personas que piensan distinto a mí. Cómo también me gusta coincidir con personas que resuenan con mis valores y aspiraciones personales. La variedad es nutritiva. Además nos alimenta la creatividad.
A mí me encanta la idea de que Substack sea un espacio versátil, de hecho he comenzado a explorar con mi newsletter y he decidido subir pequeños videos introductores a mis escritos. Siendo honesta me gusta mucho. Siento que es otra manera - tal vez no necesaria - de crear resonancia con quien me lee.
Yo tampoco tengo un problema en que me vendan de manera orgánica utilizando un “marketing” ético. Si escribiste algo que al final puedes ofrecerme tu servicio y de casualidad yo lo necesito genial. Y si no, pues no pasa nada. Lo bueno de esta aplicación es que nos permite “discernir” porque no es un bombardeo - hasta el momento- de ads y contenido sin corazón.
Lo que a mí sí no me gustaría que suceda es que lleguen los ads. Tampoco soy “fan” de los newsletter que sólo están haciendo contenido con el fin de vender, pero lamentablemente es parte de. Una cosa es tener un newsletter en un nicho de negocios y otra es estar en la carrera de vender, vender y vender…
Personalmente sigo a una chica que habla sobre “slow business” en su newsletter y me encanta leerla. Siento que es marketing ético y de hecho, siento que sus escritos están basados en “storytelling” y la verdad si en algún momento decide venderme algo, es muy probable que se lo compre 😅 Porque a través de sus escritos ofrece contenido de valor y no se siente como un intercambio de compra-venta.
Por último, al igual que Edu y tú, añoro los tiempos buenos de Instagram. En estos momentos no cuento con ninguna otra red social. Sólo Substack 🫶
Un abrazo,
Paloma
Muchas gracias, Paloma, por tu extenso y detallado comentario. Así da gusto conversar.
Me ha encantado cómo lo has definido: «Marketing ético». Estamos completamente alineados en lo que pensamos de esto. Ciertamente leer a personas tan diversas y distintas de uno mismo es la magia de Substack. Es por lo que muchos amamos esta plataforma. Y dado que ya hemos dado por perdidas las demás redes (al menos yo), creo que tenemos que alzar un poquito la voz cuando creemos que nos están «invadiendo» la tranquilidad.
Yo sé que tenemos la batalla perdida, espero equivocarme, pero por desgracia es el dinero y el negocio del contenido los que mandan.
Muchas gracias por darme tu opinión. Lo valoro mucho.
Te sigo.
Gracias por estar. ❤️
Hola, Jaime! Primera vez por aquí y me ha gustado mucho la reflexión que haces. Coincido en el deseo de que se mantenga limpio de publicidad, pero no sé hasta qué punto es viable que se mantenga limpio de personas que quieren vender a toda costa y que enseñan a ganar más suscriptores. En el mundo anglosajón, que nos lleva ventaja en esta red, hay bastantes perfiles que enseñan precisamente a eso. También predominan perfiles que son profesionales en el mundo de la escritura y algún que otro famosillo. Si seguimos la misma tendencia, se mantendrán los perfiles que venden, habrá más gente haciendo contenido de pago y habrá menos contenido amateur y más de profesionales. No creo que nos cuelen publi como en ig porque el modelo de negocio de substack no es ese, es que des el salto a subs de pago y con eso se lleven un porcentaje. Personalmente, no me parece mal. Veremos cómo se va dando! Un abrazo, M. 💜
¡Hola Marta! Gracias por pasarte. Bienvenidos.
Como he dicho en algún comentario, yo doy la batalla por perdida por todo lo que comento de que evidentemente tiene que haber un negocio y es normal y lícito. Ojalá nos nos cuelen publicidad, porque en verdad el modelo de negocio de Substack me parece perfecto como está. La queja principal en mi caso viene de los que bombardean el muro de Substack con sus movidas, pero no aportan contenido de valor. Es un poco el miedo a que nos convirtamos en el nuevo Instagram, por decirlo de alguna manera.
Que cada cual venda lo que quiera en sus espacios me parece estupendo y respetable, pero esa manía de querer más y más... No sé, yo es que creo que ya hemos pasado esa parte del juego. Bajo mi experiencia vende más el que aporta contenido de valor que aquellos que bombardean con pildoras milagrosas.
Como bien dices, veremos como se va dando.
Un abrazo. 🤗
Llevo más de una semana sin publicar en LinkedIn y se siente bien. He de confesar que mi estadía allí está condicionada por el tema laboral y/o económico.
Me gustaría explorar Substack como corresponde, hasta ahora me he dedicado más que nada a mi newsletter y hace poco comencé a crear notas.
Veré si me pongo al día con lo que se teje por estos lados.
Saludos, Jaime.
Ya verás como pronto Substack te absorbe. Es enriquecedor lo que puedes encontrar por aquí.
Prometo pasar a leerte en breve.
Un abrazo. 🤗
Hola,
Yo he visto esas entradas de "cómo conseguir 10.000 seguidores en 6 meses" o "cómo debes escribir para tener más seguidores". Primero, nunca los sigo; segundo, nunca los comento y tercero, si empiezo a ver que están todo el rato apareciendo en mis notes, directamente los bloqueo. Paso de rollos.
Yo sigo manteniendo Twitter y he reabierto instagram para las fotos. Tampoco es que sea una sensación en ninguno de ellos así que por el momento no he tenido problemas. A donde no vuelvo es a Facebook del que salí escopetada porque había mucho pirado ni a Guasap (que sólo mantengo en el perfil profesional).
A mí esto me parece agradable (salvo un problema puntual que tuve con una pirada total...) y si necesito bloquear a quien no me lo parezca no voy a tener problema alguno.
Te sigo.
Un abrazo.
Hola Mercedes.
Yo hacía lo mismo que cuentas cuando me movía por esas redes. En Substack no he empezado. Imagino que en breve lo haré si la cosa empeora. Interesante tu Substack. Veo que tocas varios temas interesantes. 😉
Nos seguimos!
Gracias por comentar. ❤️
Pues yo en principio no lo hubiera hecho, pero después de mi experiencia con la loca que digo (a quien no he bloqueado pero porque al último comentario que hizo en la newsletter de las historias que escribo no la contesté...), lo tengo muy claro. Francamente, no me espera este tipo de comportamiento en Substack y me quedé muy paralizada pero una vez que lo ves la primera vez, ya sabes que existe y no tengo tiempo para aguantar más desequilibrados que ya he tenido suficientes en el trabajo (y a esos no los puedes bloquear). 😂
¡Hola, Jaime!
Veremos cómo evoluciona todo, mientras tanto, aquí estamos disfrutando del contenido, sin la agobiante publicidad y sin el sentido de urgencia. Así lo vivo yo ahora. Un abrazo muy grande ❤️
Un abrazo Nicole. 🤗
Ojalá nos dure la calma.
Gracias por comentar. ❤️
Hola!
Hasta que no he tenido algo de tiempo, no me he parado a contestarte con un comentario digno de los tuyos, Jaime.
Me ha gustado mucho, y poco puedo añadir que no haya dicho ya en la última publicación que lancé por estos lares. Conforme a lo que has dicho de que recuerdas los inicios de Instagram, me has hecho acordarme de algo que hice sin ser demasiado consciente y que, ahora, creo que fue un acierto: yo comencé a usar Instagram como lo que era, una plataforma de fotografía. Llegué a tener un perfil muy bonito, a mi gusto, de modo que cuando detecté que esa red se convirtió en el nuevo Facebook, Tuenti o similar del momento, imprimí en papel de fotografía todas mis publicaciones, creando un álbum físico que aún mantengo. Quién me iba a decir que creé una copia real de una época de internet que disfruté mucho pero que, a raíz de los problemas y las ansias que comentas, no pudo mantenerse en el tiempo.
Muchas gracias por tu mención, por cierto, es un verdadero honor. Y me quedo con tu reflexión de que me plantearía pagar por esta red si la mantuvieran como está ahora.
Un abrazo, Jaime :)
Gracias por pasarte Edu. 😉
Coincidimos entonces en lo especial que era Instagram, sin duda. Para mí fue amor a primera vista, algo similar a lo que me ocurre ahora con Substack. Yo te diría que conservaras ese álbum como oro en paño. En unos años, será más especial aún si cabe.
Lo de pagar por usar las redes no es baladí. Realmente yo lo haría. El problema que me viene a la mente son los propios usuarios. Si nos quitamos el ruido de publicidad de la propia red, pero luego hay usuarios que hacen de ésta su parcela de negocio, entonces estaríamos «muteando» o bloqueando a usuarios a mansalva. Yo comencé a hacerlo en Instagram, pero me cansé. Porque salían por todos lados. Por eso creo que los «muros» deberíamos respetarlos más, en este caso Notes. El algoritmo también tiene mucho que decir. De momento aquí en Substack parece ir bien. Veremos...
Tiempo al tiempo. Yo no creo que hable mucho más del tema, hasta que la cosa no empeore, si lo hace. Yo vuelvo a mi calma. 😉
Gracias por estar. ❤️
Si, veremos. Me temo que no durará más de 2 años…
Yo creo que incluso menos… por eso aprovecharé al máximo esta etapa. 😅
Todo irá en función de la fama que gane Substack. Ojalá tarde en saturarse.
Me entristecerá que así sea, menos de 2 años.
Muchas gracias por responder, Jaime.
Tanto tu texto como el de Edu inciden en una deriva que, me temo, sea imparable. La mercantilización de las plataformas es total, y hasta cierto punto entendible, porque tras estas infraestructuras se levantan empresas que exigen beneficios. Siempre se ha dicho aquello de «si el producto es gratis, el producto eres tú»; en el caso de los entornos «sociales» (uso estas comillas muy a propósito) es especialmente palpable, porque al conectarse la vertiente pasional/creativa con la económica, normalmente la primera acaba perjudicada.
Dicho esto, también pienso que, en buena medida, una red la conforman sus usuarios, al menos dentro de unos límites. Si Substack se mantiene más o menos como está y no aplica cambios sustanciales, es posible que siga siendo una rara avis dentro del ecosistema social, porque lo que la hace diferente (así lo veo yo) es la escasa intervención en las creaciones de sus usuarios, dejando cierta libertad de acción. Soy consciente de que, como empresa, es probable que en el futuro quieran extraer más beneficio y acaben por introducir modificaciones que alejen a parte de los usuarios, pero por el momento hay que aprovechar la situación.
Creo que hay que ser realistas y entender que la plataforma no es ni mejor ni peor; que no es ningún remanso de paz, ni un retiro dorado, ni un oasis de tranquilidad. Simplemente, el tipo de usuario está enfocado en la creación, no en la difusión, por lo que es más difícil encontrarse las típicas interacciones deleznables de otras redes. Hay que entender que este estado puede ser temporal, pero la historia de internet ha venido siendo así desde que los primeros blogs (y lo dice alguien que tuvo uno de los primeros dominios blogger.com) aparecieron. Nos guste o no, la deriva ha sido así y no es probable que cambie en el corto o medio plazo.
Un saludo, Jaime.
Estamos de acuerdo en casi todo Emi. El tema de las redes sociales está perdido, soy consciente de que las empresas tienen que generar dinero y ahí poco se podrá hacer. Pero el usuario sí debería ser más autocrítico en este sentido. Me refiero al usuario que solamente crea contenido para vender y que bombardea con su producto a los demás. En mi caso es lo que más me molesta. A mí me parece fenomenal que cada cual aproveche sus espacios para promocionar sus cosas, que hablen de sus libros y que expliquen cómo ellos mejoran en sus habilidades de escritura. Faltaría más. La queja fundamental mía, es que hay personas que solamente venden. No aportan contenido de valor o que pueda servir a otros. Contaminan la red de su producto, y poco más. Cuando eso se junta con la deriva de las propias redes, pues ya no queda otra que marcharse. Es lo que pasa en Instagram. Mucha gente acaba asqueada, y no me extraña. Imagínate que sales a caminar, para disfrutar del camino, hacerlo con tranquilidad y a tu propio paso y a cada esquina te estás topando con gente o con mensajes que hablan sobre cómo caminar más rápido y mejor, sobre cómo hacer el camino en una hora en lugar de dos, «haz esto y adelantarás a tu vecino» o cosas por el estilo.
En lo que no estamos de acuerdo es en lo de que Substack no es un remanso de paz o un oasis de tranquilidad. Para mí sí que lo es Emi. Yo cuando abro Substack solamente recibo contenido que otros publican, a los que entro y me pierdo... literalmente. Algunos me gustan, otros no me dicen nada, pero me maravilla leer lo que otros tienen que contar y cómo cada persona se expresa en sus alegrías, sus miedos o sus penas. Cada cual escribe lo que le sale del alma y eso es algo precioso. Me suscribo a los espacios que realmente se identifican conmigo y disfruto hasta el punto que hay días que deseo terminar de trabajar para abrir Substack y leer. Llámame idealista. Pero para mí realmente esta plataforma me aporta grandes experiencias. Quizá por eso me revuelva y patalee cuando veo que empieza a asomar el contenido comercial y «marketiniano».
Gracias por tu punto de vista Emi. Me alegra verte por aquí.
Totalmente de acuerdo. El algoritmo podría poner un límite voluntario a ese contenido marketiano. Un filtro que cada uno elige. Por ejemplo, yo podría un 10 por ciento máx.
Exacto. Algo así sería ideal. Aunque me temo que las plataformas no aceptarían hacer algo así. Los marketeros son los que generan el negocio que a ellas les bien bien.
Gracias por comentar. 😉
Quizá fui un poco expeditivo al referirme a Substack así: en realidad, ahora mismo (espero que por mucho tiempo) sí que es un espacio bastante agradable, porque creo que reúne a mucha gente interesada, simplemente, en crear y mostrar. Lo que pienso, eso sí, es que (como Edu comentaba y también tú) es inevitable la aparición de los «marketeros» que solo pretenden vender a base de publicitar. En cualquier plataforma es lógico que asomen la cabeza, puesto que se trata de un nuevo canal, así que lo veo inevitable.
Mi duda es cómo irá afrontando Substack ese tipo de usuarios/contenidos, y hasta qué punto tendrán aceptación dentro de una comunidad que, aun cuando ofrece opciones legítimas de monetización, está muy enfocada en la libre creación. Veremos qué sucede.
Gracias por un desarrollo tan inteligente de la cuestión, Jaime. La verdad es que siempre es un placer este tipo de conversaciones.
Créeme Emi cuando te digo que conversar contigo es un auténtico placer. Siempre argumentas tus opiniones, rectificas si tienes que rectificar, y siempre aprendo algo de ellas. Como poco, siempre me haces reflexionar. Allí donde comentas, te leo y aprendo.
Supongo que Substack no hará nada, dada la libertad que da para la generación de contenidos. Si la cosa empeora, solamente nos quedará filtrar, bloquear o «mutear», a los usuarios que generen ruido.
Gracias Emi. 🤗