Hoy, 9 de julio, se cumplen 8 años de la muerte de mi padre. Esta carta la escribí al año siguiente de su fallecimiento. Antes no pude. Pero necesité hacerlo. Necesitaba disculparme y pedirle perdón.
Si tienes a un familiar o alguien cercano viviendo momentos difíciles, habla con él o ella. No dejes pasar el tiempo. Expresa lo que tengas que expresar, dile lo que tengas que decirle, para no tener que arrepentirte de nada.
Querido papá
Hoy hace 1 año que nos dejaste. 365 días en los que has dejado un gran vacío en la familia. Todos te echamos de menos. Parece mentira cómo esa maldita enfermedad, a la que llaman cáncer, puede arrasar con una vida en cuestión de meses… Supongo que nadie está preparado para la pérdida de un padre… Yo al menos no lo estoy. Sigo sin estarlo.
Es difícil no sentir aún el dolor que me produce el no escuchar el sonido de tu voz al otro lado del teléfono. Es difícil saber que no podré nunca más hablar contigo. Es difícil no sentir el dolor que me produce el hecho de no haberme podido despedir de ti en condiciones. Te fuiste de repente. Te fuiste sin avisar…
Recuerdo con mucha tristeza y mucho dolor nuestra última vez juntos, cuando yo ya me iba pensando en volver a verte al fin de semana siguiente, me dijiste: «Siento no haber estado mejor» Y yo me fui todo el viaje de vuelta a Tenerife llorando como nunca antes lo había hecho, porque a pesar de todo lo que tenías encima, ¡todavía me pedías tú perdón a mí! ¡por estar enfermo! ¡Qué generosidad papá! ¡Qué grande! Hasta en tus últimos días te preocupabas por nosotros…
Te echo de menos
Tu muerte es uno de los momentos más tristes a los que me he enfrentado en la vida y para lo cual no estaba preparado, pero no me culpes por favor, ¿quién puede estar listo para terminar una relación con un padre? Ha sido tal el impacto de tu pérdida que todavía lloro tu ausencia. Las fechas señaladas las llevo muy mal. Los 19 de marzo se me han quedado huérfanos, los 30 de agosto, tu cumpleaños, lo quiero borrar del mapa. Las navidades en familia nunca volverán a ser las mismas... Ahora solamente recuerdo el maldito 9 de julio. Ahora solo recuerdo y lamento el día en que esta vida, a veces cruel, decidió separarte de todos nosotros. En el fondo siempre he tenido la esperanza de tenerte ahí. Siempre creí que estarías por siempre. Aunque no puedas creerlo, tu sola presencia, el saber que estabas en la isla de enfrente, a 250km de distancia, me daba mucha confianza y seguridad, cualidades que me aportabas y que ahora se han tambaleado con tu pérdida.
Ambos teníamos muchas conversaciones pendientes, conversaciones importantes que nos hubieran venido bien a los dos. A los pocos meses de irte, mamá me dio una carta tuya, una carta que encontró entre tu ropa, una carta en la que me pedías perdón por una serie de cosas. No encontrabas el momento de hablar conmigo. Es curioso, yo siempre quise hablar de esos temas contigo, pero tampoco encontraba el momento ideal. Pero es que, ¡qué diablos papá!, nunca hay momentos ideales cuando la vida nos niega más tiempo.
Leí tu carta delante de mamá y tuve que contener las ganas de llorar. Ella también te echa de menos y no quería que pasara un mal rato… Caray papá, ¿porqué no hablaste conmigo? Podría haberte tranquilizado en algunas cuestiones. Al menos, seguro que los dos hubiéramos entendido muchas cosas. Cosas que te perturbaban a ti y a mí y que no comprendíamos. Lamento no sabes cuánto que te hayas ido con todos esos remordimientos.
En fin, es igual papá, sé que me estarás leyendo desde alguna parte, confío en que, de algún modo, te llegará el mensaje. Sabes que hace tiempo dejé de ser creyente, pero tengo una cierta intuición de que te llegarán estas líneas de una forma u otra. El universo es sabio.
«…fuiste fuerte y un luchador que siempre supo salir adelante.»
No puedo aceptar tus disculpas
Respecto a tu carta, debo decirte que no puedo aceptar tus disculpas. Me duele profundamente que te hayas marchado con la idea de que cometiste algún error conmigo, con mi educación o con cualquier otra cosa. Es cierto que hubo un tiempo en que nuestra relación pasó por momentos difíciles, especialmente durante mi adolescencia. En esos años, yo no era capaz de comprender muchas cosas, y quizás tú tampoco supiste cómo explicármelas de la manera en que necesitaba escucharlas. Pero, por favor, no te sientas culpable. Me enseñaste valores que, con el tiempo, he llegado a apreciar y entender, aunque entonces pudiera parecer lo contrario.
Como te decía, me niego a aceptar tus disculpas porque no hiciste nada mal. Hiciste lo mejor que podías en esos momentos críticos en los que tu hijo mayor parecía desviarse del camino que habías marcado para él. Actuaste según lo que creías mejor, basado en la estricta educación que también recibiste —una educación que ambos sabemos fue muy dura—. En aquellos años de juventud, yo no comprendía muchas de tus decisiones, pero el tiempo, que siempre pone las cosas en su lugar y cura todas las heridas, me ha permitido ver las cosas desde otra perspectiva. Con el paso de los años, pude notar cómo tus formas también cambiaban y adquirían un tono más suave y comprensivo.
Con mis hermanos, especialmente con el pequeño, suavizaste tu manera de ser y tus decisiones no fueron tan estrictas. Eso me hizo comprender que tú también estabas aprendiendo a ser padre, y que, tal vez, a mí me tocó la parte más difícil por ser el primero, por ser el mayor.
Hoy, con el corazón en la mano, quiero que sepas que aprecio todo lo que hiciste por mí. Aunque a veces no supiéramos entendernos, siempre supe que tu amor estaba presente en cada decisión y en cada acto. El tiempo me ha permitido ver con claridad que fuiste, y sigues siendo, una guía fundamental en mi vida. Por favor, no cargues con la culpa de un pasado que, en realidad, estuvo lleno de amor y buenas intenciones.
«Tu muerte es uno de los momentos más tristes
a los que me he enfrentado en la vida»
Así que por favor, no te quedes con las cosas negativas de nuestra vida. Te ruego, te pido de corazón, que pienses en las buenas de ahora en adelante.
Venga, yo te ayudo….
Recuerdos
¿Recuerdas mi primer viaje en moto? Yo lo recuerdo perfectamente. Vivíamos en la isla de Ibiza, en Santa Eulalia del Río y te recuerdo a ti con el pelo semi-largo y con patillas llevándome a pasear en moto. Tú con esa melena al viento y llevándome a mí sentado en el manillar. Era la primera vez que montaba en un chisme de dos ruedas. Hasta entonces solamente había montado en mi triciclo, el de la Policía, ¿recuerdas?. Las primeras experiencias nunca se olvidan y ésta es una de las más dulces y divertidas que recuerdo de ti conmigo.
También recuerdo el primer y único día que montaste con nosotros en una noria. Fue cuando vivíamos en Madrid, en el parque de atracciones. Recuerdo como si fuera ayer cómo tu cara iba cambiando el gesto a medida que la cabina, con todos nosotros dentro, ascendía hacía el cielo. Sí, es lo que tienen las norias papá, que suben y bajan. Pero ¡maldita sea! alguien decidió parar aquel artilugio del demonio cuando estábamos en lo más alto, momento en que tu cara pasó de la tensión absoluta al «desencaje total». Comenzaste a gritar —¡No os mováis, por el amor de Dios, no os mováis! ¡Sentaos, estaros quietos!— Y nosotros intentábamos explicarte que la noria se paraba para que pudiera subirse más gente en las demás cabinas, para tranquilizarte, pero nada… Tú ya no nos escuchabas. Nosotros nos reíamos y tú nos gritabas por miedo. Claro, a ti nadie te había dicho que la noria paraba tanto tiempo allá arriba. No obstante, en realidad fueron unos pocos minutos, pero para ti ¡fue toda una eternidad!
Recuerdo ese día con mucho cariño. En el fondo de mí sabía que lo habías hecho por nosotros. Habías subido a aquella noria inmensa (desde la que se veía todo el parque y parte de la ciudad de Madrid) a pesar de sufrir vértigo, cosa que yo desconocía. Pero tú lo intentaste, lo hiciste por nosotros, y eso es de agradecer.
Otro precioso recuerdo que guardo contigo es el día en que cumplí la mayoría de edad, 18 añitos. Ese día fue muy especial para mí. Tú y mamá me preparasteis un bonita sorpresa. Me llevasteis al Café de Paris de Playa de Las Américas a tomar una copa y ver un espectáculo de Jazz en directo. Recuerdo que yo pedí una coca-cola y tú, en un gesto de desaprobación, le dijiste al camarero: —Olvídese del refresco, tráigale un Bloody Mary— Acto seguido me miraste y me dijiste: —Si ya eres mayor de edad, bebe como un adulto.— ¡Caramba papá! ¡Qué rico estaba eso! Fue la primera vez en mi vida que escuché Jazz en directo y recuerdo que me encantó, hiciste que algo en mí cambiara a partir de esa experiencia en lo que a cultura musical se refiere. Después fuimos a jugar al bingo. Creo recordar que fue en el casino del hotel Gran Tinerfe. Otra experiencia que pude compartir contigo y con mamá. ¡No sabes qué bien lo pasé esa noche! Sobre todo por ser la primera en la que salimos los tres solos, he hiciste que fuera muy especial, te lo aseguro.
A ti te gusta mucho la música y siempre quisiste que escuchara música de la buena. Recuerdo con mucho cariño cuando me regalaste unas cintas de VHS con conciertos de Supertramp, Bruce Springsteen, The Band, Eric Clapton… Madre mía papá ¡qué música tan gloriosa! Sigo escuchándola a día de hoy, con más recuerdos si cabe. Ahora siempre que escucho a esos grupos, tú estás conmigo, muy presente.
«Tan sólo espero, papá, haber estado a la altura de tus expectativas.»
Me has enseñado mucho
No quiero aburrirte con historias que ya conoces. Seguro que tú sabes la de cosas positivas que vivimos juntos, así que no tengas sentimiento de culpa por nada. Ahora que la vida por desgracia nos ha separado, hemos de pensar en todo lo positivo. Lo negativo no lleva a ningún lado.
Es cierto que hablábamos poco de nuestras preocupaciones, pero sé lo mucho que nos amaste, tal vez a tu manera, pero hoy no tengo ninguna duda. Seguro que fuiste mejor padre de lo que fueron contigo y que no fue nada fácil para ti, lo sé, pero fuiste fuerte y un luchador que siempre supo salir adelante, a pesar de las adversidades.
Hoy me arrepiento profundamente de no haber hablado contigo más a menudo, cara a cara, para decirte lo mucho que te quería y lo que significabas para mí. De haberlo hecho, tal vez nos hubiésemos abrazado y llorado juntos, compartiendo sentimientos mutuos. Te pido disculpas y te pido que aceptes mi perdón. Perdón por no habértelo dicho, por no haberte expresado lo importante que eras y sigues siendo para mí.
Hoy te agradezco y honro cada una de las experiencias que pasamos juntos, las cuales, sin duda, nos hicieron mejores personas, mejor padre y mejor hijo. Aprecio cada momento que vivimos juntos, y espero seguir conservando la esperanza, la confianza y la seguridad que me brindaba tu sola presencia.
Confío en haberme convertido en una persona íntegra, capaz de reconocer mis capacidades y aceptar mis errores, de aportar algo positivo a la vida y a quienes me rodean. Espero guiar con el ejemplo adecuado a mis hermanos, tal como tú hiciste conmigo, y vivir mi vida lo mejor que pueda, cuidando de mamá, tal y como me enseñaste. Tan solo espero, papá, haber estado yo a la altura de tus expectativas. Haber sido un buen hijo y que te sientas mínimamente orgulloso de mí, a pesar de mis fracasos.
Siempre te recordaré como un hombre sabio y de mundo que se preocupó profundamente por la correcta educación de sus hijos. Y debo decirte, querido padre, que esa tarea la has cumplido con creces.
Estoy muy orgulloso de ti. Te quiero.
Sí, lo sé, he tardado nada menos que 1 año en decirte todo esto, pero créeme, antes no estaba preparado para hacerlo.
Te echo de menos.
Mucho.
Gracias por leerme.
Gracias por estar. ❤️
🍀 Si te ha gustado esta carta, por favor, pulsa el corazoncito rojo. Me ayudará a saber que te ha gustado.
🍀 Si eres más de poesía, quizá te guste mi sección dedicada, en ella iré archivando regularmente poemas que vaya escribiendo o incluyendo de otros autores.
🍀 Valoro mucho tu opinión. Déjame un comentario, si te apetece. Estaré encantado de responderte.
🍀 Si quieres leer más contenido mío, accede al archivo completo, donde permanece el registro de todas las publicaciones que escribo.
Jaime, te leía y pensaba mucho en mi hermano mayor. Siento que el primer hijo vive siempre unas cosas que el resto no. Sé que mi hermano mayor vivió procesos distintos a los del resto - en casa somos 4.
Sentí tus palabras y estoy segurísima de que tu papá está orgulloso de ti y te ama mucho. ¡Imagínate, ese gran gesto de escribirte una carta! Eso se hace sólo desde el amor. Ser humano no es fácil. Estar enfermos no es fácil. Saber dónde nos duele y por qué no es fácil. Definitivamente tu papá hizo lo mejor que pudo desde donde se encontraba.
Espero que con el tiempo puedas permitirte integrar este proceso más y más. Y tener la certeza de que tu papá del otro lado del velo está recibiendo todo el amor, luz y palabras que le envías.
Un abrazote
Como me identifico Jaime. Yo también he perdido a mi padre, hace unos meses, y siento un vacío inmenso. Te mando un cariñoso abrazo.